Chanoyu: el camino del té

Chanoyu: el camino del té

La ceremonia del té (chanoyu), también conocida como el “camino del té” (chado o sado), es la preparación y el ofrecimiento ritualizados de té verde en polvo en presencia de invitados. Una ceremonia del té formal y completa incluye una comida (chakaiseki) y dos clases de té (koicha y usucha), y dura aproximadamente cuatro horas, durante las cuales, el anfitrión dedica todo su ser a crear un ambiente en el que sus invitados disfruten estética, intelectual y físicamente, rodeados al mismo tiempo de una gran serenidad. Con el fin de lograr esto, el anfitrión o anfitriona puede pasar décadas para llegar a dominar no sólo los procedimientos acompasados necesarios para servir el té a sus invitados, sino también aprendiendo a apreciar el arte, la artesanía, la poesía y la caligrafía; aprendiendo arreglos florales, a cocinar y a cuidar de un jardín; y al mismo tiempo inculcarse a sí mismo, o a sí misma, la elegancia, el altruismo y la consideración por las necesidades de los demás.

El objetivo de la ceremonia del té es el del budismo zen –vivir el momento–, y todo el ritual se prepara para que los sentidos se concentren en ello, para que uno participe plenamente en la ceremonia y no se distraiga pensando en cosas mundanas. La gente puede que se pregunte si una ceremonia de té formal completa es algo que los japoneses celebran habitualmente para relajarse. Esto no es así. Actualmente es muy raro que una persona en Japón tenga el lujo de poseer una casa de té, o la motivación para entretener en ella a sus invitados. Entretener con el ritual del té siempre ha sido, a excepción de los monjes budistas, el privilegio de la élite.

HISTORIA DEL TÉ en Japón

Después de ser importado de China, el té verde empezó a beberse en monasterios y mansiones de la aristocracia y de la elite guerrera dominante en el siglo XII aproximadamente. El té se bebió primero como una forma de medicina, y en monasterios para mantenerse uno despierto durante la meditación. Las primeras ceremonias del té fueron ocasiones para hacer ostentación de utensilios preciosos en grandes salones o para celebrar fiestas ruidosas en las que los participantes adivinaban los orígenes de los distintos tés. Finalmente, a través de la influencia de los maestros del budismo zen de los siglos XIV y XV, los procedimientos para servir el té delante de invitados pasaron a ser la forma de mejora espiritual con la que millones de estudiantes practican ahora el “camino del té” en las diferentes escuelas existentes en la actualidad.

Un maestro zen del siglo XV –Murata Juko (1423–1502)– rompió todos los convencionalismos al celebrar un ritual del té para la aristocracia en una humilde habitación de cuatro esteras y media. El maestro de la ceremonia del té que perfeccionó el ritual fue Sen no Rikyu (1522– 1591). Rikyu era hijo de un rico comerciante de Sakai, cerca de Osaka, el puerto comercial más próspero de Japón en el siglo XVI. Gracias a su origen pudo acudir a las ceremonias del té de los ricos, pero lo que más le interesó fue la forma en que los monjes consideraban el ritual del té como la personificación de los principios del zen para apreciar lo sagrado en la vida cotidiana. Siguiendo el ejemplo de Juko, Rikyu eliminó de la habitación del té y del estilo de preparación todo lo que no era esencial, y desarrolló un ritual del té en el que ningún movimiento era inútil y ningún objeto resultaba superfluo.

En lugar de usar recipientes importados caros en un salón de recepciones lujoso, hizo té en una cabaña con techo de paja usando solamente una simple tetera de hierro, un sencillo recipiente laqueado donde tenía el té, una cucharita y un batidor para batir el té hechos de bambú y una sencilla escudilla de arroz para beber el té. 

La única decoración en una habitación de té del estilo Rikyu es un pergamino colgante o un florero colocado en la hornacina. Debido a la falta de decoraciones, los participantes apreciaban mejor los detalles y se deban cuenta de la simple belleza que los rodeaba y de ellos mismos. La esencia de la ceremonia del té de Rikyu fue el concepto de wabi. Wabi significa literalmente “desolación”. La filosofía zen toma el lado positivo de esto y dice que la mayor riqueza se encuentra en la desolación y en la pobreza, porque miramos nuestro propio interior y encontramos allí la verdadera riqueza espiritual, cuando no encontramos nada que nos ata a las cosas materiales. Su estilo de hacer el té se llama por lo tanto wabi-cha.

Después de la muerte de Rikyu, su nieto, y posteriormente sus tres biznietos, continuaron con el estilo Rikyu. Mientras tanto, otras variaciones de wabi-cha fueron apareciendo bajo la influencia de ciertos caudillos guerreros, cuya elevada posición social les exigía emplear utensilios más sofisticados y maneras y procedimientos más elaborados que los del sencillo wabi-cha. Aparecieron nuevas escuelas, pero bien se puede decir que el espíritu de wabi-cha constituye el centro de todos ellos. Cuando la clase guerrera fue abolida en la era moderna de Japón (principios de 1868), las mujeres pasaron a ser las que más practicaban la ceremonia del té. Esta ceremonia fue algo que todas las jóvenes necesitaban estudiar para adquirir unos modales elegantes y para aprender a apreciar la estética. Al mismo tiempo, los líderes políticos y de negocios y los coleccionistas de objetos de arte usaron la ceremonia del té como vehículo para coleccionar y disfrutar de objetos de arte. Las escuelas de la ceremonia del té más grandes de la actualidad son Urasenke y Omotesenke, que fueron fundadas por los dos biznietos de Rikyu. Bajo su influencia y la de otras escuelas importantes, el “camino del té” está siendo enseñado en todo el mundo, mientras que en Japón, los hombres y las mujeres están volviendo a evaluar el “camino del té” como un medio valioso para obtener el dominio de la vida.

PARA RECIBIR Y TOMAR EL TÉ

Hay ciertas normas que deben seguirse cuando se recibe el té en una ceremonia del té. Denominadas tatemae o temae, todas ellas implican una muestra de agradecimiento hacia el anfitrión. El procedimiento que se sigue a la hora de tomar el té espeso es diferente del que se usa para beber el té más ligero, pero en ambos casos, el té se sirve con la parte frontal del tazón (por ejemplo, el lado en que el diseño o el vidriado es más hermoso y que se considera la mejor parte del tazón) orientada hacia el invitado. El invitado presta tención a la belleza del tazón y procura no ensuciar esta parte del tazón al beber de él.

Cuando se sirve el koi-cha, todos los invitados beben de un mismo tazón pasándoselo de uno a otro. Primeramente, cuando usted reciba un tazón de té, póngalo entre usted y el siguiente invitado y haga una reverencia al anfitrión. Tome el tazón con la mano derecha, colóquelo en la palma de la mano izquierda y levántelo ligeramente haciendo una inclinación con la cabeza como muestra de agradecimiento. Para evitar beber por la parte frontal del tazón (de manera que la parte frontal se encuentre alejada de los labios), gire el tazón dos veces hacia usted y tome un pequeño sorbo. Cuando haya acabado de beber, colóquelo sobre la estera de tatami delante de usted, saque una toalla de papel de la parte superior de su kimono, limpie la parte en que sus labios han tocado el tazón y vuelva a colocar la toalla de papel en la parte interior del kimono. Tome el tazón con la mano derecha, póngalo en la palma de la mano izquierda y gírelo a su posición original antes de pasárselo al siguiente invitado. Después de pasarlo, haga nuevamente una reverencia.

El usu-cha se sirve a cada persona de forma individual. Lo mismo que en el caso del té espeso, cuando usted reciba el tazón de té, póngalo entre usted y el siguiente invitado y haga una reverencia para excusarse usted mismo por beber primero. Luego póngalo delante de sus rodillas y dé las gracias al anfitrión. Gire el tazón hacia usted dos veces de forma que no beba por la parte frontal. Cuando haya terminado de beberlo todo, limpie la parte por donde ha bebido con sus dedos. Gire la parte delantera del tazón para que quede frente a usted. Ponga el tazón en el tatami frente a usted y con los codos sobre sus rodillas levante el tazón y admírelo. Cuando devuelva el tazón, asegúrese de que la parte delantera haya sido girada y quede orientada hacia el anfitrión. El invitado lleva un paquete de papeles plegados en los que deberá poner los dulces antes de comerlos. Para cortar y comer los dulces no secos se emplea un palillo especial pero los dulces secos pueden comerse con los dedos.

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